Resumen noticioso del recorrido de la imagen de la Virgen de la Caridad por Boyeros

 

1. "Más muestras de amor y fe"

2. "La Virgen regala abundantes bendiciones a la población del Wajay"

3. "Con la mirada puesta en la Virgencita"

4. "Y salieron a su encuentro"

 



 


Texto y fotos: Arnaldo Vigoa Linares

Wajay, Arquidiócesis de La Habana, 7 Noviembre de 2011 / Es en esta ocasión y por primera vez, que los vecinos del Reparto Abel Santamaría colmaron la explanada donde había sido colocada la bendita imagen de la Virgen de la Caridad. Con prudencia, respeto y mucha alegría, los hermanos en la fe oran y cantan a María; para muchos, muchísimos, es su primer encuentro con la Madre de Jesucristo.

El padre Jesús López explica a la gran concurrencia con sentidas y emotivas palabras el motivo de esta peregrinación nacional. María de La Caridad siempre está con nosotros. Es casi una imprudencia decir que debe seguir viaje; nadie quiere que se vaya tan de prisa; pero a su vez comprenden que tiene que ir a visitar a sus hijos enfermos del Hospital Julio Díaz; es entonces que los aplausos y vivas son ensordecedores.

El trayecto no es largo, pero todos quieren saludarle a su paso; hay que detener el vehículo. Al llegar al hospital las emociones son mucho más fuertes. En este centro de rehabilitación muchos niños enfermos son levantados en brazos por sus familiares para que puedan verla y saludarla desde las terrazas. Fue muy buena la idea del padre Jesús López de hacer girar el carro en plena avenida y colocarlo frente a ellos, y desde allí les envía estampas de la bendita imagen con un niño que se acerca a la cerca.

A unos pocos metros de allí, en la explanada del reparto Fontanar, una gran concurrencia con mucho respeto y silencio impresionante que es destacado por monseñor Rodolfo Lois, párroco de Corpus Christi, quien se ha unido a la peregrinación en esta zona. Las oraciones, los cánticos, la fe y devoción brillaron muy alto en Fontanar, en este recorrido histórico que realiza la bendita imagen de María de La caridad del Cobre por este nuestro pueblo del Wajay.

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Texto y fotos: Arnaldo Vigoa Linares

Wajay, Arquidiócesis de La Habana, 8 de noviembre de 2011 / Hay hechos de los que es bueno precisar hasta la hora exacta en que ocurren. Este es uno de ellos. A las doce y nueve minutos de la tarde del día 7 de noviembre, se produjo el tan esperado encuentro de la bellísima imagen de María de La Caridad del Cobre con los pobladores del Wajay.

Antes de llegar este lugar la venerada imagen había visitado ya Guatao, la Prisión de Mujeres de Valle Grande y el reparto El Morado, y junto a ella en el recorrido nuestro Arzobispo, el cardenal Jaime Ortega.

Era lunes y pocos creyeron –francamente– que el día y la hora propiciaran una rápida y sentida concentración de personas. Pero para sorpresa de muchos, cada vez eran más los que llegaban para aglutinarse alrededor de la Virgen. Hubo quien recordó que un hecho parecido no ocurría en la localidad desde hace cincuenta y nueve años. Asimismo, era fácil reconocer que tanto hoy como ayer, los vecinos seguían acunando la misma expresión de fe y confianza en la Virgen que identifica también a buena parte de los cubanos, de oriente a occidente. El peregrinar de la imagen mambisa por toda la Isla así lo ha probado.

Aplausos, vítores a la Patrona de Cuba, lágrimas, cánticos y oraciones, brotados todos de forma espontánea, acompañaban el andar del pueblo junto a su Madre por la calle 269. La procesión mostraba signos de buena organización: delante, un niño de la catequesis llevaba entre sus manos las sagradas escrituras, le continuaban los acólitos con los ciriales. Detrás se adelantaban dos jinetes: un “mambí” que portaba nuestra enseña nacional y una linda cubanita que batía a su lado la bandera del Vaticano. Le seguían señoras de la comunidad que levantaban lemas alegóricos a la peregrinación.

En un punto entre el Policlínico y el Hogar Materno, el cardenal Jaime Ortega y el reverendo Jesús López, detuvieron la marcha para saludar y bendecir a las futuras madres, que salieron hasta la terraza para saludar a la Virgen. También técnicos, enfermeros y médicos de ambos centros de salud corrieron al encuentro con la imagen mambisa.

Las caras conocidas se volvieron pocas a medida que avanzaba la procesión. Imposible dar números, imposible emplear adjetivos que logren describir lo que se vivió y respiró; baste decir dos palabras: respeto y admiración. Las flores más sencillas, muchas tomadas de manera apurada de cualquier campo o jardín, fueron la mejor de las ofrendas. Todos querían cantar la canción que no sabían, la oración que quizás nunca habían escuchado… pero que pronto empezaron a repetir como para que se les grabara por siempre. Todos querían una estampa, un recuerdo… Sabían que la imagen de la Virgen continuaría viaje, pero María tenía que permanecer en y con ellos.

Bien emotivo fue ver a los hermanos de la Logia Caballero de la Luz “Laureano García” incorporarse a la procesión luciendo sus atuendos y estandartes. La Caridad unía, de eso no quedaban dudas… Éramos más que ayer. La fe dormida tuvo su primer desvelo en el Wajay,  este lunes siete de noviembre. El sueño despertó con María; ella lleva a su hijo Jesús en su brazo izquierdo, y en el derecho, la Cruz que debemos cargar todos. Una Cruz que se hace más liviana cuando llevamos a Cristo en nuestros corazones. Así decía una señora que iba del brazo de una joven con uniforme de Secundaria.

De todas las intersecciones salían personas para ver y saludar a la Virgen. Cada vez se hacía más difícil avanzar. Al llegar al templo, bellamente engalanado, el sonido ensordecedor de las campanas, emocionó a la multitud. Con mucha dificultad lograron avanzaron los que custodiaban la imagen hasta lograr colocarla en el atrio del templo. Continuaron las lágrimas, los aplausos, las peticiones… Nuestro Arzobispo explicó entonces al pueblo congregado los motivos de esta peregrinación nacional que busca, en esencia, unir a los cubanos, llevar amor y esperanza a nuestra Nación. Luego, y a coro, se entonaron las notas del Himno Nacional y fueron soltadas al vuelo un centenar de palomas.

La imagen permaneció en el atrio del templo hasta las cuatro de la tarde. Luego partió para visitar el cercano reparto Abel Santamaría, el Hospital Julito Díaz y el parqueo del reparto Fontanar.

Una verdad quedó grabada: Este encuentro con María hizo historia en Wajay.

Últimas horas en Wajay

Sonaron las campanas, se congregó el pueblo. Comenzó la solemne misa en honor de la visita de la Virgen Mambisa a Wajay. Cánticos, alabanzas, y el templo impresionantemente lleno, dibujaron una realidad que sirvió de cierre a una jornada de amor en esta apartada localidad. Todos estaban felices, tranquilos y disciplinados. La Madre los miró desde su urna de cristal y cada cual le pidió, desde su interior, los parabienes presentes y futuros.

La Virgen permaneció toda la noche en la Iglesia para recibir y compartir con sus hijos amados. Con el alba, y como es ya tradicional en esta comarca, los hijos regalaron a la Madre de Dios una diana mambisa. Desde Wajay, Ella partió nuevamente en su camino de amor hasta la capilla de la Madre Teresa de Calcuta, en la cercana localidad de El Chico. Eran justo las ocho y treinta de la mañana.

¡Gloria a Dios y a la Virgen!

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Por: Hna Susana María Moreno

Capdevila, Arquidiócesis de la Habana, 23 de noviembre de 2011 / Con los ojos puestos en la Virgen, fijos en ella, cada rostro expresaba toda una vida puesta en sus manos. Sufrimientos, necesidades, anhelos, luchas, esperanzas…También alegrías y acción de gracias que brotaron emocionadas en varios momentos a lo largo de la tarde, la noche y la mañana en que permaneció la bendita imagen de la Virgen de la Caridad en Capdevila. Un regalo de Dios para este barrio de trabajadores, de fincas y diversas fábricas y centros de trabajo, que supo acudir agradecido y con el corazón abierto para contemplarla y dejarse mirar por ella. Las expresiones que brotaban de sus labios reflejaban un corazón conmovido y muy agradecido, sorprendido gratamente por esta visita. Dios tocaba sus vidas, despertaba las conciencias. María les hacía recordar, volver a pasar por el corazón la memoria de la fe guardada tantos años silenciosamente en lo profundo.

La Virgen vino para el pueblo y el pueblo así lo sintió. La muy pequeña comunidad de la Capilla que lleva su nombre, Virgen de la Caridad, que se sintió muy honrada de que la Madre de todos los cubanos quisiera quedarse a pasar la noche allí, trabajó con cariño y esfuerzo para que todo el barrio se sintiera invitado. Con la ayuda de jóvenes de la Pastoral Juvenil y el coro de la Parroquia del Carmen, que vinieron a apoyarles, y con la gran colaboración de las mujeres de la Federación y el CDR del barrio, la acogida fue sencilla pero muy sentida, serena y alegre. Las palabras del cardenal Jaime Ortega calaron hondo en la gente, que también agradeció el gesto de su presencia, tanto en la llegada como en la despedida de la imagen.

Toda la noche pasó la gente por la Capilla a encontrarse con la Virgen de la Caridad, que fue acogida a todas horas en clima de oración. Los jóvenes realizaron un rosario viviente donde implicaron a todos, niños y adultos, e invitaron a compartir su experiencia personal con la Virgen. Fue un momento muy significativo, donde la gente participó dejando fluir los sentimientos y reconociendo el paso de María de la Caridad del Cobre por su vida.

En la mañana, Mons. Juan de Dios tuvo unas palabras invitando a dejar que María transforme nuestra vida y la de nuestro barrio, muy apreciadas por todos los presentes que estaban orando frente a la imagen de la Virgen, pues permanentemente fueron llegando vecinos, trabajadores y estudiantes en su camino a la escuela y al centro de trabajo.
Cuando llegó la despedida, se dejó ver la alegría de haber tenido tantas horas a la Madre y Patrona de Cuba en este humilde rincón habanero. En ese clima de gozo y de paz, la Virgen de la Caridad se despidió de Capdevila, pero dejó su huella... Quedó latiendo en el barrio la preciosa experiencia de que la Caridad nos une. La expresión más nítida de que este ha sido el sentir de todos estuvo en boca de una alta funcionaria del Poder Popular del Municipio, quien hizo este comentario unas horas después del paso de la Virgen: “la Madre de los cubanos vino para reunir a todos sus hijos, para que haya unidad”.

Con María, los cristianos de Capdevila cantan el Magnificat agradecidos, proclamando la grandeza del Señor que ha querido hacer algo grande con la sencillez de esta comunidad.

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Texto: Hna. Susana María Moreno  /  Foto: Ana María Lorenzo Hernández

Capdevila, Arquidiócesis de La Habana, 23 de noviembre de 2011 / Apenas había salido de la Capilla de Capdevila la Virgen Peregrina que, una cuadra más adelante, le esperaban en la calle los trabajadores de Suchel Level a la entrada de la fábrica. Ellos querían recibir de la Madre de Dios la bendición y encomendarle a la Virgen Patrona de Cuba su centro de trabajo.

Como la Virgen no tiene apuro, pues ha venido para el pueblo y es su pueblo quien la reclama, por eso detuvo su camino frente a ellos. Mons. Juan de Dios les dedicó unas palabras y les dio la bendición. Los trabajadores quedaron muy agradecidos y emocionados por este gesto de la Madre, que no quiso dejar de derramar su ternura a estos hijos e hijas que cada día llegan al barrio a ganar el sustento para sus familias. Ella les concederá lo que han pedido en su corazón.

Un alto más en el camino

Luego de pasar frente al destacamento de los bomberos, que esperaban uniformados el paso de la Virgen, y bendecirlos, quiso el Sr. Cardenal hacer un alto más en el camino de despedida de Capdevila a la entrada de la antigua Capilla del Corazón de Jesús, de la que sólo queda la estructura en ruinas. Allí tiene nuestro Arzobispo la esperanza de reconstruir el edificio y dedicar el templo a Jesús Misericordioso.

Frente a él se había congregado un grupo de vecinos y de trabajadores de la fábrica aledaña para escuchar sus palabras de esperanza al recibir a la Virgen de la Caridad. Un buen grupo de gente despidió así el paso de nuestra Madre, que no hace más que mover los corazones de este pueblo que busca consuelo y siente la alegría del encuentro con la Patrona de Cuba que, desde el Cobre, ha llegado a visitarlos.

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Tomado de: Nosotros Hoy - Segmento noticioso del Sitio WEB de la COCC.


 

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